Carlos Aguilar, al seguir los pasos de su padre, comenzó a trabajar como bolero desde los 10 años, ahora a sus más de 50 años de edad se siente orgulloso de su labor, gracias a la cual dio sustento a su familia y estudio a su hija.
Él cuenta cómo a lo largo de los años le ha tocado ver la transformación de la Plaza, como la desaparición de la Calle Segunda, frente a Catedral, que permitió unir su atrio con la explanada y dar a los feligreses mayor seguridad al entrar y salir de los servicios religiosos.
Sobre todo recuerda cómo los boleros iniciaron a trabajar con banquitos, luego se añadieron sillones para los clientes, y después se añadieron las bancas actuales y se fueron transformando hasta llegar a lo que hoy son los cuatro pequeños kioscos que los albergan.
Ahora se encuentran en una nueva etapa de transformación y evolución, pues la Administración Municipal desde febrero del 2012 puso en marcha el proyecto de Regeneración del Centro Histórico con el objetivo de rescatar este importante sector de la ciudad y permitirle desarrollar todo su potencial como atractivo turístico y cultural.
Dentro de esto la regeneración de la Plaza de Armas es un punto vital ya que es el lugar donde se fundara Chihuahua. Este espacio lleno de historia ha tenido, a lo largo de los años, diversas modificaciones, como la añadidura de elementos que han saturado el espacio público, y que ha dado como resultado una imagen desordenada, confusa y poco atractiva, con elementos como botes de basura, bancas, señales, vegetación poco apropiada, pavimentos y mobiliario urbano.
De estos elementos añadidos, los kioscos de los boleros han ocupado por años diversos lugares en la explanada. Sin embargo, el servicio y la presencia de los aseadores del calzado se han convertido en una tradición y folklor en la dinámica urbana de la antigua Plaza de la Constitución, hoy Plaza de Armas.
Es por eso que el proyecto de mejoramiento de la imagen urbana de la plaza busca un equilibrio entre la parte histórica y la contemporánea. La Regeneración mantiene a los boleros, y aprovecha el ensanchamiento peatonal de la plaza para colocarlos en los corredores que se formarán hacia las calles Libertad y Victoria, desde la Avenida Independencia hasta la Calle Cuarta. De esta manera se vuelve posible continuar con la tradición de este servicio y al tiempo recuperar la traza original con la que contaba la Plaza de Armas, en la que no existían los kioscos de los boleros.
“Nos van a mover hacia los lados de las calles, yo creo que eso va a hacer que la Plaza se vea más despejada”, asegura Carlos, quien agradeció al Presidente Municipal Marco Adán Quezada la atención que ha tenido hacia los boleros desde que inició la Regeneración del Centro Histórico y en especial la intervención en la Plaza de Armas.
Como apoyo a este grupo de personas esmeradas y trabajadoras, el Ayuntamiento ha provisto de una despensa semanal a cada bolero, esto en respuesta de la inevitable baja de transeúntes por los trabajos que se realizan en el espacio.
La reubicación toma en cuenta que al hacer peatonales estos tramos de la Libertad y la Victoria, se activará por dichos corredores el flujo de peatones, y dará fácil y rápido y vistoso acceso al servicio de boleros para los paseantes.
El proyecto preserva las tradiciones y forma de organización de los boleros, es por eso que contempla dotar a cada uno el mismo número de asientos o espacios con los que cuentan actualmente, de manera que se colocarán 16 módulos dobles que pondrán a disposición 32 espacios o asientos para los clientes que requieren dar mayor vistosidad a su calzado.
Los nuevos módulos cuentan con diseño moderno que va de acuerdo a la regeneración y nuevo mobiliario de la Plaza, el cual combinará lo tradicional con lo contemporáneo. Estos módulos serán prefabricados de concreto y madera tipo Pucte, adecuada para la intemperie, metal y cubiertas de policarbonato, lo que les dota de la ventaja de un bajo mantenimiento y larga vida.
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